Gestionando un secreto

por | Jun 14, 2018 | BLOG, Familia, Pareja, Psicología de adultos | 0 Comentarios

Todos tenemos algún secreto que no queremos compartir. En general, nos suele costar menos compartir un secreto alegre que uno triste. Ejemplo gráfico. ¿Cuánto tardas en llamar a una amiga para decirle que has conocido a alguien especial? Aunque lo quieras mantener en secreto porque todavía es muy reciente, acabarás contándoselo a alguien. La alegría no cuesta compartirla.

Sin embargo, solemos necesitar más apoyo cuando guardamos un secreto triste. Imagina que has roto con tu pareja, o que te han despedido del trabajo. Te sientes avergonzado y prefieres llevarlo en secreto. Al final, llevar esa tristeza y ese dolor tú solo te pasará factura.

¿Qué hay en el fondo de todo esto?

El amor. Las mentiras y ocultaciones más gordas se hacen por amor. Por amor a uno mismo y al otro. Y no solo me estoy refiriendo a cuestiones de fidelidad. Pensadlo por un momento. ¿Cuántas veces no habéis contado algo a alguien por protegerle? ¿Por no darle un disgusto? ¿Porque se iba a solucionar? ¿Porque no tenía solución?

La tendencia a proteger a los demás de nuestros problemas es muy lógica. Cuando queremos a alguien no queremos que sufra. Sin embargo, si compartimos nuestra tristeza nos sentiremos mejor. Hay una frase que habla sobre esto. “La alegría compartida es doble alegría; el dolor compartido es medio dolor”. Es muy respetable que no quieras compartir ciertas cosas. No obstante, te contamos los efectos negativos de no compartir tus secretos tristes.

¿Cuáles son las consecuencias negativas?

Fomentas una mala comunicación emocional. Los que te quieren te conocen bien. Aunque intentes ocultar de todas las formas posibles tu secreto. Cuando ocultas algo, esta situación genera desconfianza, pero también ansiedad y tristeza al no poder expresar lo que sientes.

Anticipas los acontecimientos. Quizá no estés compartiendo ese secreto porque sientes que los demás no te van a apoyar. Te dejas llevar por tus pensamientos negativos. Si expresas lo que sientes con asertividad y empatía es más fácil que los demás te entiendan.

Obligas a otros a que mientan. Es posible que alguna persona conozca lo que te sucede. Aunque haya prometido guardar tu secreto, le colocas en una situación complicada. Quizá por esta razón tenga que mentir alguna vez. O incluso hacer algo que puede que no quiera hacer o que vaya en contra de sus principios.

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