Casi todos pensamos que sí, ¿verdad? Pues la respuesta correcta es que no, no existen emociones buenas o malas. ¿Y por qué pensamos que sí? Porque es habitual que con unas nos sintamos mejor y con otras estemos más de bajón.

 

Primero, ¿qué son las emociones?

 

Son respuestas que aparecen de manera rápida y evalúan las situaciones en las que nos encontramos. Todas tienen una función, aunque no lo parezca. Nos activan para conseguir objetivos y satisfacer necesidades.

 

¿Para qué sirven?

 

Empecemos con las más conocidas… La alegría es una emoción que nos encanta porque nos hace sentir genial. Suele surgir en situaciones en las que conseguimos algo y nos lleva a acercarnos a otros para celebrar y seguir consiguiendo objetivos.

 

Y la tristeza, ¿cómo puede ser bueno sentirse triste? Es cierto que esta emoción suele aparecer en situaciones en las que perdemos algo valioso y eso es desagradable. Pero, la función que tiene es que podamos encerrarnos en nosotros mismos o contactar con personas cercanas para poder elaborar esa pérdida.

 

Una emoción que a muchos nos asusta es el enfado porque existe una creencia popular de que puede ser destructivo y dañar a otras personas. Pero… ¿esto es así? El enfado aparece en situaciones en las que nos sentimos manipulados, invadidos o cuando creemos que ha ocurrido alguna injusticia. ¿A qué nos lleva? Sirve para que pongamos límites, afirmarnos y, así, defender nuestra propia dignidad ante el otro.

 

Hay otras emociones que creemos que son negativas, como el miedo, la vergüenza o el asco, pero estas también nos ayudan. El miedo aparece cuando nos sentimos amenazados y nos lleva a escapar para mantener nuestra seguridad. La vergüenza suele surgir cuando nos vemos expuestos sin valor o nos sentimos humillados y nuestras únicas ganas son de ocultarnos o desaparecer. Esto nos sirve para proteger nuestro valor y que el otro pare lo que estaba diciendo y lo valore. Y, el asco, aunque sea muy desagradable, nos ayuda a rechazar o expulsar lo que nos parece tóxico para protegernos de no ser envenenados.

 

Hay muchas más emociones que podemos experimentar… Y, como habéis visto, todas ellas nos ayudan a conocer más sobre nosotros mismos y nos dirigen a hacer cosas para protegernos.

 

Si crees que necesitas ayuda para gestionar o entender tus emociones, recuerda que puedes pedir cita para una entrevista gratuita en info@lapuertaazul.net o en el 634 505 585

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