A pesar de que todas las emociones tienen un mensaje que transmitirnos, algunas son más difíciles de experimentar. Por ejemplo, puede que ante la tristeza nos sintamos vulnerables y entonces hagamos esfuerzos por ignorar esta sensación, intentando obviar también nuestros pensamientos. Esto es lo que se conoce como evitación emocional.

 

¿Qué es la evitación emocional?

 

Se trata de una forma de relacionarnos con nuestras emociones basada en la evitación de las mismas. En ocasiones puede que no queramos reconocer nuestro estado emocional porque no contemos con estrategias de afrontamiento efectivas. Otras porque sintamos miedo o vergüenza ante las mismas. También porque las percibamos como desconocidas e incontrolables, o que no sepamos identificarlas correctamente y sea complicado traducir lo que nos quieren decir.

Sea cual sea la razón por la que queramos evitar nuestras emociones, acaba dándose un contacto superficial con las mismas. Esto nos lleva a no profundizar y tratar de controlar lo que estamos experimentando, intentando desviar nuestra atención hacia otro pensamiento o emoción.

En ocasiones es habitual que empleemos este patrón, por ejemplo, cuando la situación es altamente estresante y necesitamos centrar todos nuestros recursos en ella. Sin embargo, a largo plazo puede resultar contraproducente, ya que lo que conseguimos es poner un parche, pero no afrontamos estas emociones.

 

Consecuencias

 

Aunque en un primer momento podamos pensar que la evitación emocional nos resulta efectiva porque alivia nuestro malestar, esta esconde una trampa. Si intentamos evitar una emoción que nos resulta desagradable, este mecanismo nos devolverá el equilibrio emocional y nos sentiremos bien. Sin embargo, en el fondo nuestra emoción quedará desatendida, y además no aprenderemos estrategias de afrontamiento ante las mismas.

De esta manera, cuando más adelante volvamos a sentirnos así, pondremos en práctica este aprendizaje, pero nos veremos envueltos en un círculo vicioso que a largo plazo no nos será útil.

Esto puede provocar no solo que experimentemos con mayor frecuencia estas emociones, sino también que aumente nuestro malestar. O incluso que ocurra lo contrario y nos sintamos desconectados emocionalmente.

Si crees que estás experimentando dificultades para reconocer o afrontar tus emociones, recuerda que puedes pedir cita para una entrevista gratuita en info@lapuertaazul.net o en el 634 505 585

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