¿Tienes empatía?

por | Mar 1, 2018 | BLOG, Familia, Pareja, Psicología de adultos | 0 Comentarios

La palabra empatía se ha puesto de moda recientemente. Se trata de una actitud incluida dentro del concepto de inteligencia emocional. A pesar de ser una palabra común y muy usada se suele confundir su significado. Veamos en qué consiste.

¿QUÉ ES LA EMPATÍA?

Suele confundirse empatía con simpatía y son dos conceptos opuestos. La empatía es la capacidad que tengo de comprender a los demás y mostrarles comprensión, sin hacer de su problema el mío. La simpatía en cambio supone comprender el problema de otro y sentirlo como si fuese mío. Pongamos que cuando una persona se siente mal es como si estuviese dentro de un pozo. La persona empática tratará de ayudar desde arriba, sin meterse en el pozo. La persona simpática se meterá en el pozo y ya serán dos a los que habrá que ayudar a salir.

¿CUÁNDO ES NECESARIA?

Cuando una persona que queremos está sufriendo, intentamos que ese sufrimiento acabe cuanto antes. No estamos preparados para soportar el sufrimiento ajeno. Es por eso que tratamos de evitarlo a toda costa. Sin embargo, a veces con la mejor intención provocamos el efecto contrario. Si, por ejemplo, alguien llora delante nuestro porque está preocupado por la salud de un familiar. ¿Qué es lo más común que solemos decir? “No te preocupes” “Todo saldrá bien” “No ganas nada preocupándote”, etc. Al decir esto, estamos mandando el mensaje de que no tiene derecho a preocuparse. No de una forma consciente, pero al final, eso es lo que le llega a la persona.

Por el contrario, si una persona está preocupada por algo y queremos ser empáticos con ella tenemos que:

ESCUCHAR

Escuchar implica hacerlo con todas las partes de nuestro cuerpo. No solo escuchamos con los oídos. La actitud de escucha se hace también con nuestra postura, nuestra mirada y nuestra disposición. Cuántas veces nos habremos sentido poco atendidos porque la persona con la que hablábamos se escondía detrás de un móvil, ¿no? Y no tenía las orejas tapadas. Pero seguro habremos sentido que no nos estaba escuchando. A veces, la persona que te cuenta un problema no necesita que digas nada. A veces basta con escuchar atentamente para que la persona se sienta comprendida.

ENTENDER

Ser empático implica comprender las emociones y sentimientos de los demás. Para ser empático no necesitas haber pasado por todas las situaciones que pueda contarte cualquier persona. Por ejemplo, no necesitas que haya fallecido tu padre para entender el dolor de un amigo que haya perdido al suyo. Porque probablemente hayas perdido alguien o algo, muy valioso o importante para ti, alguna vez. Y eso hace que puedas entender el dolor de alguien al perder algo que ama.

MOSTRAR COMPRENSIÓN SIN JUZGAR

Muchas veces damos consejos sin que nadie nos los haya pedido. Nuevamente, tendemos a abreviar el sufrimiento de los demás dándoles soluciones. Cuando decimos a los demás lo que tienen que hacer asumimos que nosotros sabemos más del tema. Asumimos que la solución más válida es la nuestra. La persona empática no juzga ni intenta convencer, si no que entiende y respeta a los demás. Entiende que esas soluciones que a nosotros nos han servido no tienen por qué funcionar a los demás.

¿POR QUÉ ES BUENO SER EMPÁTICO?

Como hemos dicho, la empatía sirve para comprender los sentimientos de los demás. Esto puede ser útil por ejemplo, cuando nos enfrentamos a un conflicto. Probablemente si ambas personas se ponen en el lugar del otro y expresan lo que sienten, el conflicto se solucione más rápido que si los dos se mantienen en su postura y no intentan comprender por qué el otro se ha comportado como lo ha hecho. También, cuando nos mostramos empáticos con el dolor y el sufrimiento ajeno, la otra persona siente que no está sólo y ya, simplemente por el hecho de sentirnos acompañados y recogidos, nuestro malestar disminuye.

Además, ser empático implica comprender y respetar todas las emociones, no solo las «buenas». Al compartir también las emociones «más feas» generamos una relación más profunda y de confianza.

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