Las preocupaciones en niños

por | Jun 7, 2022 | BLOG, Familia, Psicología de adultos, Psicología infantil | 0 Comentarios

Los niños, al igual que los adultos, pueden sentirse inquietos o ansiosos ante diversos temas. Estas emociones a menudo se manifiestan en forma de preocupaciones y se exteriorizan de manera distinta en función de la edad. Puede haber preocupaciones que se vayan superando con el desarrollo evolutivo del propio menor, pero ¿qué ocurre con aquellas que persisten y se transforman en preocupaciones?

 

¿Qué son las preocupaciones?

 

Las preocupaciones surgen cuando anticipamos la ocurrencia de eventos negativos o consecuencias perjudiciales, y pueden dispararse ante situaciones de incertidumbre, peligro o estrés. A menudo solemos “engancharnos” a estos pensamientos, dado que son bastante intrusivos, y esto provoca que nos resulte más difícil deshacernos de ellos. Además, nuestro cuerpo reacciona provocando cambios en la sudoración, en el ritmo cardíaco, en la respiración, etc. Entramos en un bucle donde los pensamientos y las reacciones de nuestro cuerpo se retroalimentan entre sí.

Cuando somos adultos, puede que seamos más conscientes de todo este proceso, y sepamos identificar nuestras preocupaciones y cómo reaccionamos ante ellas. Sin embargo, podemos encontrarnos con algunas dificultades a la hora de detectar las preocupaciones en los niños. La irritabilidad, el llanto, la tristeza, el aumento de demanda, o síntomas físicos como un dolor de estómago pueden esconder una preocupación de fondo. No obstante, puede que estas pasen desapercibidas, debido a la dificultad de verbalizarlas, o incluso que se confundan con otro tipo de problemáticas.

 

¿Cuándo y cómo actuar?

 

Es habitual que los peques se preocupen por aspectos concretos que tienen que ver con su desarrollo evolutivo. Por ejemplo, por separarse de los padres, comenzar en un nuevo colegio, el grupo de iguales, el desempeño en nuevas tareas, dormir solos… A veces algunas preocupaciones tienen que ver también con el entorno, por ejemplo, ante las discusiones de sus padres, un problema en el colegio, etc.

Por lo general, se tratan de preocupaciones que, con cariño, seguridad y apoyo aprenden a gestionar de forma adecuada y más o menos rápida. En ocasiones, crear un espacio seguro y darles confianza de contarnos lo que les preocupa sin miedo a nuestras reacciones, puede ser un método efectivo. También puede ayudarles buscar soluciones juntos, así como maneras de distraerse y relajarse cuando surgen las preocupaciones.

Sin embargo, otras veces estas persisten en el tiempo, influyendo así en su desempeño diario y alterando las distintas áreas de su vida. Para ello, es importante fijarnos en la intensidad y recurrencia de las mismas y valorar si precisan de ayuda profesional.

Si crees que las preocupaciones de tu hijo/a pueden estar interfiriendo en su día a día, recuerda que puedes pedir cita para una entrevista gratuita en info@lapuertaazul.net o en el 634 505 585.

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