Es probable que todos conozcamos la sensación de inseguridad, el bloqueo a mostrarnos por miedo a fallar, quedar mal, etc. La falta de seguridad en nosotros mismos puede llegar a gobernarnos y hacer que boicoteemos nuestras propias decisiones y oportunidades por miedo. En el post de hoy, veremos de qué manera nos influyen las creencias que sostenemos sobre nosotros mismos y cómo podemos enfrentarnos a ellas.

 

Detectando la inseguridad en mí misma

 

La inseguridad puede colarse en cada rinconcito de nuestra vida e invadirla. Sin embargo, no se genera de manera espontánea, sino que a menudo, tiene su origen en experiencias pasadas o mensajes de nuestro entorno. Uno de los primeros pasos a dar es revisar todo esto, haciéndonos preguntas como: “¿cuándo me he sentido así antes?”, “¿qué mensajes he recibido en casa?”, “¿de dónde viene esta creencia?”.

Otro paso importante es identificar aquellas situaciones o personas que hacen disparar esta inseguridad. “¿Cuándo tiene lugar?”, “¿ante qué situaciones?”, “¿con qué personas?”. Todo ello nos puede ayudar a conocernos y anticiparnos, de forma que podamos tener un mayor control sobre nuestra inseguridad.

 

Plantando cara a la inseguridad

 

Finalmente, una de las tareas más importantes (y a veces realmente costosa, pero no imposible) es confrontar estas creencias y generar mensajes más amables. Cuando nos hemos acostumbrado a hablarnos de una determinada manera puede ser complicado cuestionar este hilo musical interno. Aún así, cada vez que seamos conscientes de que aparecen, podemos preguntarnos a nosotros mismos si lo que me estoy contando es así realmente. Por ejemplo, “¿Ocurre así siempre?”, “¿Ha habido momentos donde sí he sido capaz de hacer esto?”, “¿Qué me demuestra que lo estoy haciendo bien?”, “¿Hay algún hecho en contra de esta creencia?”.

Una vez hayamos contrastado nuestra creencia con la realidad, nos puede ayudar generar mensajes más realistas y compasivos con nosotros mismos. Por ejemplo, en lugar de decirnos: “Me va a salir fatal la presentación porque estoy muy nerviosa”, podemos probar: “Estoy nerviosa, pero voy a intentarlo, si fallo es normal y no pasa nada”.

Por último, es importante ser conscientes de cómo actuamos desde esta inseguridad. ¿Me suelo bloquear y me invisibilizo?, ¿huyo de la situación cuando me siento así?, ¿me enfado conmigo misma? En ocasiones, cuando estamos muy acostumbrados a actuar de una determinada manera ante la inseguridad, acabamos normalizando este tipo de conductas. Sin embargo, algo que puede ayudarnos es identificarlas y poco a poco, hacer lo contrario a lo que nos pide nuestro cuerpo. De esta forma, podemos dar lugar a nuevas experiencias que vayan derribando esas creencias tan sólidas sobre nosotros mismos.

Si crees que la inseguridad interfiere en tu día a día con bastante frecuencia, recuerda que puedes pedir cita para una entrevista gratuita en info@lapuertaazul.net o en el 634 505 585

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Acepto el tratamiento de mis datos para la publicación del comentario.

Información básica acerca de la protección de datos

  • Responsable: LA PUERTA AZUL PSICOLOGÍA, S.C.
  • Finalidad: mantener una relación comercial y envío de comunicaciones de productos o servicios.
  • Legitimación: por consentimiento del interesado (art. 6.1 GDPR).
  • Destinatarios: LA PUERTA AZUL PSICOLOGÍA, S.C.
  • Derechos: acceso, rectificación, portabilidad, supresión, limitación y oposición.
  • Más información: Puedes ampliar información acerca de la protección de datos en el siguiente enlace:política de privacidad